5 puntos que debes saber para ganar indulgencias en este año jubilar
Con la llegada del año jubilar, todos fuimos invitados a vivir un tiempo de encuentro, reconciliación y renovación espiritual. Algo que se mencionó mucho durante este tiempo fue que a los fieles nos concedieron la posibilidad de obtener indulgencias a partir de determinados actos de fe y acciones concretas. Pero ¿qué son las indulgencias?
Recordemos primero que el pecado, en Su naturaleza, tiene doble consecuencia para nosotros. Por un lado, el pecado grave nos priva de la comunión con Dios y la vida eterna.
Por otro lado, todo pecado (incluso los veniales) deja una «mancha temporal». Esta mancha o pena temporal es el sufrimiento que padecemos, incluso tras la reconciliación con Dios, al estar aún afectados por el pecado. Esta mancha nos impide la apertura completa a la gracia; por lo tanto, debemos purificarnos.
Esa purificación podemos alcanzarla después de la muerte en el Purgatorio, o anticiparnos a ese tiempo y empezar desde ya, acá en la Tierra. Allí es donde entra en juego el don de las indulgencias.
1. ¿Qué son las indulgencias?

El Papa San Juan Pablo II, en la audiencia general del 29 de septiembre de 1999, nos dice: «El punto de partida para comprender la indulgencia es la abundancia de la misericordia de Dios, manifestada en la cruz de Cristo.»
Y es que nuestro Padre, en Su abundante misericordia, nos regala en las indulgencias la posibilidad de purificarnos, ya que significan «la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados», Catecismo de la Iglesia Católica, CIC 1471.
Es decir, ser liberados de la pena temporal ocasionada por el pecado y así poder llegar más pronto junto a Él y gozar de la vida eterna.
2. ¿Sabías que hay distintos tipos de indulgencias?

Para aprender un poco más acerca de qué son las indulgencias, debemos tener presente que existen dos tipos de indulgencias: las parciales y las plenarias.
Tal y como Su nombre lo indica, las indulgencias parciales solo borran parcialmente la pena ocasionada por el pecado, mientras que las plenarias lo borran en Su totalidad.
3. ¡Así es cómo puedes conseguirlas!

Como siempre, el accionar no es solamente de Dios, sino que también debemos poner de nuestra parte y participar activamente de Su misericordia.
Para poder obtener las indulgencias debemos cumplir ciertos requisitos que, si lo pensamos bien, son mínimos, comparados al regalazo que obtenemos a cambio:
- Realizar una acción mediante la cual la Iglesia otorga la indulgencia: comúnmente puede ser participar de una adoración Eucarística durante media hora, realizar un Via Crucis completo, rezar el Santo Rosario en una Iglesia o en compañía de otros, leer o escuchar las Sagradas Escrituras durante media hora. También existen ocasiones especiales, por ejemplo, durante este año jubilar, peregrinar y atravesar una Puerta Santa.
- Estar en gracia antes de concluir la acción. Debemos habernos confesado al menos 20 días antes o después de realizar la acción (si es que ya nos encontrábamos en gracia).
- Comulgar. Si tenemos intención de obtener más de una indulgencia, debemos comulgar por cada una.
- Rezar por las intenciones del Santo Padre: podemos rezar un Padrenuestro y un Avemaría por cada indulgencia que queramos recibir.
- Tener la intención de ganar la indulgencia. No la podemos obtener de forma automática ni inconscientemente; recordemos que para recibir solo tenemos que pedir.
Tengamos presente de todas formas que, como San Juan Pablo II explica:
«lejos de ser una especie de «descuento» con respecto al compromiso de conversión, [las indulgencias] son más bien una ayuda para un compromiso más firme, generoso y radical. […] Por eso, erraría quien pensara que puede recibir este don simplemente realizando algunas actividades exteriores. Al contrario, se requieren como expresión y apoyo del camino de conversión.»
4. La comunión de los santos ¡otro gran regalo!

Si bien el fin último de las indulgencias es la remisión de la pena obtenida a causa del pecado, también constituyen una herramienta súper útil en la vida espiritual de todo cristiano y Su relación con el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Por medio de la Iglesia se obtienen las indulgencias, pues interviene a favor nuestro y «le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados», CIC, 1478.
Entendiendo bien qué son las indulgencias, podemos afianzar el sentido de la comunión de los santos y sentirnos miembros de la Iglesia; se crea en nosotros una actitud de servicio y ayuda generosa que nos lleva a dejar de lado el individualismo.
También del sentirnos plenos miembros del cuerpo de Cristo, nace el impulso de querer contagiar a todos nuestros hermanos e invitarlos a la conversión.
5. ¡Aún tienes una gran oportunidad ganar indulgencias!

Ahora que sabemos qué son las indulgencias y el maravilloso don que significan, no perdamos de vista todas las oportunidades que nos da la Iglesia de purificarnos, ser miembros activos del cuerpo de Cristo y salir de nosotros mismos al encuentro del hermano.
Aprovechemos, especialmente, este año jubilar que nos invita a renovar nuestra fe y experimentar la misericordia de Dios mediante las indulgencias plenarias (esas que borran toda la mancha) que podemos obtener atravesando la Puerta Santa replicada en iglesias de todo el mundo y que seguramente tengamos cerca de nosotros.
AGREGADO POR: María Angelica
FUENTE: Catholic Link
